‘La Red Social’ es una película estadounidense
dirigida por David Fincher y escrita por Aaron Sorkin, 2010. En ella Mark Zuckerberg crea, con la
ayuda de su amigo Eduardo, una red social para unir a todas las
personas de la universidad, pero en el camino acaba perdiendo a su amigo y
quedándose solo. El film de ‘La red social’ logra narrar, en clave de crónica
negra, los altibajos que un chico compulsivo y genio de Harvard tuvo que pasar
para convertirse en el milmillonario más joven del mundo.
David Fincher logra mediante un montaje fugaz de
entrecortadas secuencias que muestran informaciones independientes, un film que
es capaz de tomar el pulso de esta época donde las redes sociales son
esenciales.
En cuanto al guión, Fincher
respeta como un fiel transcriptor a Sorkin con un argumento totalmente
hilvanado, el cual muestra la diferencia de ser popular y tener amigos, de cómo
ser popular te abre puertas para ir a fiestas y permitirte la codiciada fama.
Es una película totalmente
despojada de emociones y llevabas al lado de lo racional con diálogos ágiles,
inteligentes y llenos de réplicas, yendo al ritmo del cerebro de su
protagonista, Mark Zuckerberg. Tiene una impecable estructura
narrativa entrelazando los tiempos, los puntos de vista e incluso las distintas
morales.
En mi opinión es una película que
muestra la cruda realidad de nuestra sociedad, en donde ser popular está por
encima de la mayoría de los valores. Es un film que representa la vida y forma
de pensar de genios de nuestra época considerados como ‘frikis’ y asociales
cuando eran estudiantes, como puede ser Mark Zuckerberg. Mark es un personaje
incomprendido que busca la fama, la aceptación y sentirse imprescindible, es
por esto que es capaz de traicionar a su mejor amigo, Eduardo, con tal de llegar a su propósito. Representa
un mundo en el que la fama, el dinero y el reconocimiento de los demás es
imprescindible para llegar al éxito, un mundo lleno de relaciones banales y
vacías movidas por el interés y la codicia. Es por esto que ‘La Red Social’ es
considerada una obra maestra de nuestro tiempo ya que Fincher ha sabido
expresar con total fidelidad los valores superficiales de una sociedad
preocupada por su apariencia y la opinión de los demás.
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