domingo, 1 de mayo de 2016

Far Cry 4, el auge de una fórmula

Hablar de Far Cry 4 tras la reciente salida de Far Cry Primal tiene sentido. El último videojuego de Ubisoft pretende ser un giro lo suficientemente radical como para justificar un lanzamiento tan temprano, pero la realidad es que no deja de ser poco más que un cambio de envoltorio. La cuarta entrega de la saga Far Cry supone la máxima expresión de una fórmula que funcionó a las mil maravillas en el tercer capítulo.

La ambientación como punto fuerte

En esta cuarta entrega de Far Cry dejamos atrás las coloridas islas tropicales de Far Cry 3 para emprender un viaje al Himalaya. La ambientación cambia radicalmente: el mapa es mucho más vertical y de ello se aprovechan las nuevas mecánicas jugables que nos permiten movernos entre diferentes alturas. Si decimos que este cuarto capítulo de la exitosa saga es la evolución natural de su antecesor estaremos en lo cierto. Far Cry 3 resultó ser una fórmula exitosa: situar al jugador en un gigantesco mundo abierto que le recibe con hostilidad y en el que tendrá que sobrevivir haciendo uso de la más salvaje acción en primera persona. Far Cry revisa esta fórmula (manteniendo todo lo que funciona) y lo lleva un paso más allá, haciendo que la experiencia resulte aún más satisfactoria.



Nosotros somos el caos

Jugar a Far Cry 4 es una auténtica locura, el jugador dispone de cientos de herramientas para sembrar el caos, todo invita a la acción a dejar a un lado la (más que aceptable) historia principal para explotar al máximo las posibilidades jugables de su mapeado. La fauna salvaje vuelve a cobrar una importancia enorme: tigres, osos, elefantes, rinocerontes, etc. Todos ellos nos recibirán amablemente en un entorno natural perfectamente recreado. La sensación es que al inicio del juego somos débiles, el último eslabón de una cadena alimenticia, pero, según avanzamos, escalamos hasta ser prácticamente imparables. Si la fórmula Far Cry funciona es porque le sobra diversión, hay pocas cosas que resulten más reconfortantes que asaltar un puesto enemigo a lomos de un elefante asiático (ametralladora en mano) para no dejar títere con cabeza.
En definitiva, Far Cry 4 supone el  auge de una fórmula que funcionó a la perfección en Far Cry 3 y que tiene como resultado un videojuego redondo en todos sus apartados, tanto técnicos (haciendo ya gala de la potencia de PS4) como jugables.

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